Zanotta Orione Mesa

Roberto Barbieri fue durante unas décadas muy importantes un interlocutor privilegiado para Zanotta, profundamente ligado a esta realidad industrial, y para la que diseñó con una dedicación casi exclusiva. Llamado a la empresa por Daniele Greppi, quien durante mucho tiempo estuvo a cargo de la oficina de desarrollo de productos (que ya conocía su habilidad para diseñar objetos de decoración de gran equilibrio y medida), Barbieri presentó sus primeras pruebas ya a mediados de los noventa, y llegó casi de inmediato a la belleza escultórica de Orione: una mesa (con estructura de madera, varillas de acero y tapa de cristal) como cruce de signos sutiles que se injertan entre sí, algo que parece conjugar constructivamente la valiente sabiduría de Carlo Mollino y el igualmente innovador desafío (escondido detrás de una apariencia de normalidad) que mostró Angelo Mangiarotti, a mediados de los ochenta, en el experimento de una mesa marcada por un entrelazamiento de palos que se perseguían en un juego de rebotes infinitos, como en una línea. roto.